viernes, 31 de marzo de 2017

¿YA ESTÁS PREPARADO?

La Semana Santa está a la vuelta de la esquina. Ya es hora de echar el resto y prepararse más profundamente para celebrar la semana grande de nuestra fe. Llega la hora de limpiar nuestro corazón, convertido ahora en un sepulcro por el pecado, y sacar lo que hay de muerte en él como Cristo sacó a Lázaro de su sepulcro.

Resultado de imagen de sacramento de la reconciliacionCelebrar el Sacramento de la Reconciliación podría ser ese último paso que haría de nuestra Cuaresma algo perfecto. Creo que, teniendo un corazón limpio por la Misericordia de Dios, nos puede ayudar a vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de una forma mucho más profunda y espiritual y no quedarnos únicamente en lo superficial.

En todas las parroquias de nuestro pueblo (y de la Diócesis) se celebrarán las llamadas celebraciones penitenciales donde podremos recibir “el perdón y la paz”, como reza la oración de absolución que dice el sacerdote al concluir la confesión. Al final del artículo tendréis la lista con los horarios y lugares de las diferentes celebraciones que realizaremos en nuestras parroquias de Sueca.

También las Cofradías y Hermandades de nuestro pueblo están preparándose para que sus procesiones y traslados sean continuidad de lo que celebramos dentro de los templos parroquiales durante el Triduo Pascual. El domingo pasado tuvimos la fiesta de la Exaltación del Bombo y Tambor que anunciaba el sonido que inundarán nuestras calles la próxima Semana Santa. Este domingo día 2 a las 12 del mediodía, en la Iglesia de San Pedro, tendrá lugar el pregón de Semana Santa que realizará D. Diego, párroco de la misma, que tan amablemente y con tanto cariño, nos ha prestado la iglesia para poder realizar dicho acto.

Sin embargo, no toda la faena de las cofradías es visible. Reuniones y más reuniones se suceden en los diferentes locales de las cofradías para dignificar, más si cabe, las fiestas grandes del cristianismo. Espero que nuestro pueblo (y todos los pueblos donde haya cofradías) se lo sepa agradecer acompañándolos por las calles.

Terminemos de prepararnos lo que nos queda de Cuaresma. Pidamos al Señor que nos permita celebrar con fe la ya próxima Semana Santa. Preparemos nuestra vida para que Dios pueda resucitar en ella.

Vuestro párroco

CELEBRACIONES PENITENCIALES

Fátima: Miércoles 5 de abril a las 20:00 h.

San Pedro: Jueves 6 de abril a las 20:30 h.

La Milagrosa: Viernes 7 de abril a las 20:00 h.

Virgen de Sales: Miércoles 12 de abril a las 20:00 h.

El Carmen: Miércoles 12 de abril a las 22:00 h

viernes, 24 de marzo de 2017

ALÉGRATE, JERUSALÉN

Este cuarto domingo de Cuaresma, la liturgia, nos invita a la alegría. Es el domingo “Laetare”, llamado así por las palabras de la Antífona de entrada de este fin de semana: “Alégrate, Jerusalén, reuníos todos los que la amáis, regocijaos los que estuvisteis tristes para que exultéis; mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos” (Is 66, 10-11).

Un oasis en medio del desierto cuaresmal que nos debe ayudar para seguir adelante hasta la celebración de la Pascua cada vez más cercana. De eso se trata; aunque sea por un domingo, descansamos un poco de la austeridad propia de este tiempo litúrgico, para embarcarnos en una especie de pre-celebración pascual, que nos anime a continuar con nuestros propósitos cuaresmales.

Es un buen momento para pararnos un poco y reflexionar sobre cómo estamos llevando la Cuaresma, si estamos cumpliendo aquello que nos habíamos propuesto  o si, simplemente, es un tiempo más o, peor aún, si pensamos que son cosas de los “curas”.

No nos desanimemos si no estamos cumpliendo lo que habíamos pensado o si no habíamos pensado nada. Todavía queda tiempo. Por ello sale al encuentro el Señor esta semana con el Evangelio que nos habla sobre la forma que miramos lo que nos rodea y a nosotros mismos.

Os animo a que lo leáis antes de que se proclame en la Eucaristía y podáis hacer una pequeña reflexión personal. Ya cuando lleguéis a la Eucaristía el sacerdote os dará otro punto de vista u os hará caer en la cuenta de algo que no habíais percibido. Pero lo importante es que provoquéis ese encuentro con Cristo a través de su Palabra.
Estoy seguro que, mantener ese diálogo con Él, alimentará vuestro espíritu y os ayudará a entender mejor aquello que luego celebramos en la Eucaristía.

Que se note nuestra alegría este fin de semana en nuestras parroquias. Pero, sobre todo, que se note cuando salgamos de ellas. Que la gente, al vernos, se pregunte ¿Quiénes son esos que están tan contentos? Y nosotros les podamos responder: Somos aquellos que VEMOS que el Señor nos ama hasta el punto de dar la vida por nosotros.

Feliz domingo de la alegría.

Vuestro párroco

viernes, 17 de marzo de 2017

Diálogo
-         -  Jesús.

-         -  ¿Si?

-         -  ¿Puedes acercarte? No consigo verte.

-          - Claro. – Respondió Jesús mientras se levantaba del suelo. – Dime, padre.

-          - Tiene gracia. Nunca he sabido a quien te dirigías cuando decías padre, aunque yo siempre alzaba la cabeza por si necesitabas de mí.

José, ayudado por su hijo Jesús, se incorpora un poco de la cama para poder hablar mejor. Sus fuerzas eran ya muy pocas y, tanto su esposa María como Jesús, hacían guardia cerca de él para cubrir todas sus necesidades. Sin embargo, en ese momento se encontraban los dos solos. María había salido a comprar alguna cosa que mitigara el dolor de José que iba creciendo.
-         
¿   -Te duele mucho, papá?

-          - Hace rato que dejé de sentir nada.

-          -Llamaré a mamá. – Jesús intentó levantarse pero la mano de su padre lo agarró con fuerza y le instó a que se quedara a su lado.

-          - No. Déjame estar un rato a solas contigo. Últimamente, con tantas visitas no hemos tenido ocasión.

-      - De acuerdo. – Respondió Jesús mientras se volvía a sentar en el suelo. – Pero recuerda que debes descansar.

-       -No te preocupes. Siempre que estoy contigo, desde que sólo eras un bebé, he descansado. Hasta cuando no parabas de correr de un lado para otro. ¿Lo recuerdas? De pequeño eras un trasto.

-          - Si, papá. Pero siempre os he obedecido.

-          - Cierto, Jesús. pero ¿Por qué?

-         -  Porque vosotros me habéis hecho como soy. Me enseñaste a trabajar la madera y a tratar con los demás. Me enseñaste a rezar y a…

-          -Bueno eso… - interrumpió José. – Eso lo has hecho tú solo.

-          - Tú fuiste quien me enseñó a leer la Escritura. Lo demás,… ya lo sabes.

-       -  Sí, lo sé. Y por eso no tengo miedo. Sé que no me queda mucho tiempo, lo noto, pero es estar contigo y todo lo malo desaparece.

-        - Pronto descansarás. – Jesús cogió un paño para secar la frente de su padre. – Y no tardaré en volver a verte. Pronto me reuniré contigo.

-          - ¿He sido buen padre?

-          - El mejor que el Señor me pudo haber dado. – Jesús se incorporó y apoyó la cabeza de José sobre su pecho mientras le besaba la frente. – Descansa en mi, padre.

-          - Ya lo hago… - Y así, sobre el pecho de Jesús, mientras María entraba por la puerta y se sentaba también a su lado, José descansó en el eterno abrazo de su Hijo.

Vuestro párroco

viernes, 10 de marzo de 2017

Y ESTAMOS TAN A GUSTITO…

¿No os ha pasado nunca estar en un lugar y no querer marcharos? ¿No os habéis sentido tan a gusto en un sitio que marcharos significaría dejar una parte de vosotros mismos en ese lugar? Y ya no tanto de lugares. ¿No habéis querido más de una vez que el tiempo se detuviese en algún momento de vuestras vidas?

A mi sí. Gracias a Dios en bastantes ocasiones. Lo único malo que veo en eso (al menos en mi caso) es que me sobran dedos de la mano para contar los momentos que no querían que acabase y que Él tuviera algo que ver. Una oración, una Eucaristía,…pocas son las veces que puedo decir que me hubiera gustado que no acabasen.

No es porque no disfruto en su compañía pero reconozco que el corazón, a menudo, es débil y preferimos otras cosas (que no digo que no sean necesarias ni buenas) a estar disfrutando de la presencia de Cristo. Ahora bien, me consuela saber que, las veces que recuerdo haber tenido esta necesidad de que no acabara, han sido verdaderos momentos de consuelo, de paz y de oración.

Mi pregunta es por qué no es siempre así; por qué no tenemos esos deseos de que no culmine nuestros momentos de oración, las Eucaristías que celebramos o los retiros que podamos realizar. Y sé que la respuesta no se haya en Dios. Que la culpa no es suya.

Si verdaderamente me preparara antes de la Eucaristía, o antes de la oración, o cuando fuese todo sería diferente. Si guardara, al menos, los últimos minutos antes de empezar en silencio y oración, si fuera puntual y no llegara tarde, si mi corazón pudiese sosegarse antes de encontrarme con Él (tanto del sacerdote como del laico) seguro que todas las veces tendríamos ganas de más.

Este puede ser un buen objetivo para vivir durante esta Cuaresma. Podemos caer en el peligro de la monotonía, de perder el sentido de lo que estamos celebrando, de restarle la importancia que tiene. Y si los que tenemos el gran regalo de poder tener esta relación con Jesús más asidua caemos en esto, ¿qué ejemplo estamos dando a los que acuden de forma ocasional? ¿No podríamos ser nosotros quienes ayudáramos a vivir a los demás ese encuentro con el Señor?

¡Puff! Sólo de pensar en una Iglesia y en unos cristianos así se me erizan los pelos de la piel. Sólo de pensar en el bien que podríamos hacer a esas personas que no saben lo que están haciendo en la parroquia cuando vienen a un entierro, a una Misa por un difunto, a otro Sacramento, o no saben cómo rezar, me emociono. Pidamos al Señor en esta Cuaresma valor y fuerza para poder hacerlo.

Vuestro párroco

viernes, 3 de marzo de 2017

POLÍTICAMENTE INCORRECTO

Soy una persona políticamente incorrecta. Sí. De un tiempo a esta parte, y esto no es una alegoría sino que es la pura verdad, me he dado cuenta de que mi vida y mis gustos no cuadran con la sociedad moderna en la que vivo. Y para muestra un botón: soy cura, me gusta el “heavy metal”, los toros en todas sus vertientes, valenciano hasta la médula y estoy en contra del aborto. ¡LO TENGO TODO! Je, je, je…

A los ojos de este mundo tan moderno alegan que soy un pederasta, ladrón, homófobo, satánico, asesino, insensible, torturador, inculto, sádico, facha, “blavero” e intolerante. Un neandertal del siglo XXI. Un hombre (vamos, creo que lo soy, porque ahora me hacen dudar de si lo soy desde que nací o he decido serlo o porque he visto que en el futuro lo seré) chapado a la antigua que no evoluciona con la sociedad.

Muchos piensan que soy yo, con mis pensamientos, ideas y forma de vivir, el que dice a las personas cómo han de ser y qué es lo que tienen que pensar. Dicen que soy yo quien maneja sus vidas jugando con el terror y manipulando sus conciencias, coartando la libertad de las personas con mis ideales retrógrados.

Soy yo el que…como veis, he vuelto a caer en la tentación de quejarme, llenarme de rabia y contestar a los que me insultan en lugar de poner la otra mejilla. He vuelto a caer en la tentación de buscar el aplauso de las personas en lugar de mediar por la paz entre las mismas. El que, por medio de estas palabras, busca la provocación al personal en lugar de mover a la reflexión y a la oración.

Menos mal que, al principio de la Cuaresma, el Señor nos muestra que es posible vencer todas las tentaciones. Que ni siquiera Dios Encarnado se vio libre de ellas pero que su confianza en el Padre y con mucho esfuerzo fue capaz de superarlas.

Necesitamos (todos) de este tiempo de conversión y de reconciliación. Necesitamos todos vivir la experiencia de la resurrección junto con Cristo. Necesitamos de una vida nueva basada en el amor, la tolerancia y el respeto. Creo que eso no es tan difícil ¿No?

Que María, nuestra Madre, nos ayude en este tiempo de Cuaresma. A ella nos encomendamos muy especialmente en la parroquia de Fátima en los diversos actos que realizamos por el Centenario de las Apariciones. El próximo será el domingo 12 de marzo a las 16:30 cuando, la imagen de nuestra titular, será llevada en procesión, mientras rezamos el Rosario, hasta el Asilo, institución tan querida por todos.

Os animamos a que os reservéis esa fecha y que nos podáis acompañar. También os animamos a que podáis disfrutar de los actos que en el asilo realizaremos la mañana del lunes pidiendo a nuestra madre que proteja a todos los que allí viven, trabajan y sirven. En sus manos de Madre nos ponemos para que nos lleve hacia su Hijo.

Vuestro párroco