DE LA ARENA AL ASFALTO
Ya estamos aquí de nuevo. Poco
a poco el pueblo se va llenando de la gente que ha pasado el verano en “la
mar”. Volvemos a una normalidad relativa pues, para no acabar este tiempo de
descanso de forma brusca, nos esperan las fiestas en honor a nuestra patrona la
Virgen de Sales que, personalmente, no me pienso perder.
Septiembre nos recibe con el
abrazo de María, nuestra Madre, para honrarla y venerarla. Para pedirle fuerza
y su compañía en este curso que estamos a punto de comenzar y que, con mucho
cariño y dedicación, estamos preparando.
Falta nos hace de su
intercesión para saber acertar en nuestras decisiones, saber mostrar el
Evangelio a los que nos rodean y saber elegir las acciones necesarias para este
cometido, etc… Sabiendo que no siempre acertaremos, que siempre sacarán punta
de lo que hagamos y que siempre habrán voces críticas que pueden llegar a
desanimar.
Cabe suponer que a María
también le llegarían ese tipo de comentarios negativos sobre su Hijo. La verdad
es que se lo ganaba a pulso: salía con “pecadores”, hablaba y actuaba de una
forma diferente, disfrutaba de la compañía de sus amigos tratándolos como
hermanos, acudía a las fiestas y participaba en ellas (dudo mucho que en las
Bodas de Caná estuviese sentado y serio cual legislador moral observando y
criticando el comportamiento de las personas),…
Sin embargo, María, no cedió
nunca al pesimismo sino que se mantuvo fiel junto a su Hijo hasta al pie de la
Cruz. Rogando al Padre por todas esas personas que criticaban a su Hijo para
que dejaran de hacerlo y disfrutaran del mensaje nuevo y fresco que había
venido a enseñarles.
Disfrutemos de estas fiestas
en honor a Nuestra Patrona, disfrutemos de la vida y dejemos vivirla a los
demás (que, por si no os habíais dado cuenta, sólo tenemos una). No nos
olvidemos que ella nos esperará en los diferentes actos que se realicen dentro
de la parroquia como fuera. Disfrutemos pues de su compañía.
Vuestro párroco
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