Bombones
Una película que me gusta
mucho y, a pesar de lo larga que es, la he visto en repetidas ocasiones es Forrest
Gump. El personaje repite en varias ocasiones una frase que le decía su madre: “La vida es como una caja de bombones. Nunca
sabes lo que te va a tocar”. Es verdad, estos días que nos atiborramos de
dulces, si tenemos la suerte de topar con una caja de bombones de diferentes
sabores, tentamos a la suerte mientras nos fijamos en formas y colores para
escoger el bombón deseado.
Los habrán que nos gusten más
y que nos gusten menos. Algunos querremos repetir pero no encontraremos otro
igual. Otros nos parecerán amargos o menos apetitosos y, aunque intentemos
evitarlos, caeremos más de una vez en el error de volver a cogerlos pensando
que no los hemos probado antes.
Esta semana se nos presenta de
nuevo una caja de bombones nueva. Sin estrenar. Con el envoltorio intacto,
dispuesta a que le hinquemos el diente. Es una caja grande, muy grande. Tiene
365 bombones de diferentes sabores. Cada uno con su particularidad que los hace
únicos. Muchos de ellos tendrán sabores parecidos pero cada uno será diferente,
especial e irrepetible.
Al pasar los días veremos como
la cantidad de bombones irá disminuyendo. Habrá quien empiece la caja un poco
más tarde que el 1 de enero…esa será su primera caja de bombones. Esas personas
tienen suerte: sus bombones tienen todos el mismo sabor dulce de la infancia,
de los juegos, de las sonrisas. Son sólo unas poquitas cajas así; pronto
empezarán a incorporar sabores nuevos que no serán tan agradables pero,
mientras tanto, ¡a disfrutar!
Habrá quien, a mitad de caja,
comience a compartirlos con otra persona. Esas personas descubrirán sabores que
hasta ese momento no se habían podido imaginar. Habrá quien decida compartir
los bombones para siempre con la otra persona y quien ira alternando su caja
con otras de forma esporádica. Estas últimas tendrán ganas de compartir sus
bombones con la persona que les haga sentirse especial…pero todavía les queda
por probar algunas cajas para encontrar la definitiva.
Otros, sin embargo, se
quedarán sin poder acabar sus bombones. Descubrirán un nuevo sabor:
espectacular, divino, reparador,… Las personas que rodean a estas últimas que
no acabarán sus cajas, sólo encontrarán bombones amargos…pero será por un
tiempo. Luego volverán a encontrar sabor dulce en sus vidas.
Bombones tendremos de muchos
tipos. No podremos evitar sus sabores pero sí que podremos pedir fuerzas a Dios
para saber encajar los amargos y disfrutar de los dulces. Porque de eso se trata…de
dejarse sorprender por los bombones que nos toquen. Feliz caja nueva…feliz año
2019.
Vuestro párroco