Una tarde en Misa
María, como todos los días,
salía de casa para dirigirse hacia la parroquia. Era un devota cristiana que no
faltaba nunca a la cita con la Eucaristía. Solía sentarse por los últimos
bancos y, así, pasar un poco desapercibida. Ese día había salido un poco más
pronto de lo normal y, cuando llegó a la parroquia, se la encontró casi vacía;
solo unas pocas personas que estaban rezando el rosario.
-
Hola María, tenía ganas de verte…
-
Qui estarà resant hui
el rosari? No se li enten res.
-
¿Cómo te ha ido el día? He estado contigo en todo momento
intentando que notaras mi presencia, pero no me escuchabas.
-
Mira, entra el retor.
Correguents com sempre! Ara es posarà al confesionari com fa alguns dies,
segur.
-
María, tenía ganas de estar contigo un rato, que pudiéramos
hablar un poquito y estar a gusto los dos.
-
Ja sona el segon toc de
Misa i som quatre gats…cada día menos gent…a que, per a resar el rosari aixina
millor quedarse en casa…quin desastre!
-
María, ¿no me oyes? Soy Jesús, al que vienes a ver todos
los días. Esperaba que hoy fuera diferente y pudieras prestarme atención. Tengo
tantas cosas que decirte y todas tan bonitas…seguro que te alegrarías mucho y
serías más feliz.
-
Vaja! Ja ha vingut
esta. Amb la de parròquies que ni han en Sueca. No se pa’ que ve a Misa si
despres es més mala que un tir. I damunt saludant a tot el mon com si fora la
reina d’Espanya. Clar, en casa no li faran cas, i ací mana mes que ningú.
-
María. Vas a
perderte otra vez lo que tengo que decirt…
-
¡Uy! Si ha entrat la
meua amiga Pepa. ¡Pepa! (llamó desde
el banco a su amiga y le dijo que se sentara a su lado) No t’ha vist hui al mercat. Estaven les creïles pels nuvols hui. Al
final no podrem ni comprar. I m’ha trovat amb…
-
María. Ya sale el sacerdote… El Señor esté con
vosotros…tengo muchas ganas de decirte algo importante en tu vida.
-
Tens raó. L’atre dia també la vaig vore i ni em saludà…
-
María, escucha mi Palabra…Lectura del Santo Evangelio según san… ¿No quieres saber
lo que tengo que decirte?
-
Este retor fa massa llargues les Mises…
-
Mírame por favor… Tomad y comed... es la prueba de mi
amor, María… Tomad y bebed… ¿No te das cuenta?
-
Pues si, jo ja no vaig a ixa peluquería. Totes xarrant i
està molt cara.
-
¿Sabes que vas a recibir mi cuerpo? Me estoy entregando a
ti y no me escuchas…
-
Lo que t’anava diguent. Jo vaig a prendre café a este bar...
-
María, voy a darte la bendición… y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros… es la caricia que te doy todos los días y ni siquiera te
das cuenta… Hermanos, que el amor de Dios se derrame en vuestras vidas
y os acompañe en todo momento. Podéis ir en paz… ¿Ves lo que te
tenía que decir? ¿No me dices siempre que no me oyes? No dejo de hablarte en
ningún momento…
-
Que, qué ha dit al final el retor? Segur que està demanant
diners com sempre… a casa que es fa tard per a fer el sopar. Hui vaig a fer
bollit amb…
-
Hasta mañana, María. Seguiré esperando a que me escuches y
que me cuentes cosas. No pierdo la esperanza. Siempre te estaré esperando.
Hasta mañana, María. Velaré tu descanso como lo hago siempre…
Vuestro párroco
No hay comentarios:
Publicar un comentario