sábado, 26 de mayo de 2018


Abrázame
Uno de los mejores gestos que tenemos los seres humanos para demostrar algo de afecto hacia otra persona es el dar un abrazo. Sobre todo cuando es sincero.

Es un gesto polifacético. Puede significar muchas cosas: cercanía, apoyo, cariño, alegría, empatía… Se puede dar en diferentes momentos de nuestra vida: para saludar a alguien que hace tiempo que no hemos visto, para acompañar a alguien que necesita de nosotros, para alargar el momento de la despedida hasta que ya no da más de sí,… Hay abrazos que calman, hay abrazos que duran toda la noche, hay abrazos que curan algunas enfermedades, hay abrazos que trasmiten calor…y los hay que son más fríos que la nieve…

Seamos sinceros. Que nos den un abrazo nos gusta, no lo podemos negar, sobre todo cuando lo necesitamos de verdad. ¿Qué os parecería que ese abrazo nos lo dieran tres personas a la vez?

De eso trata la fiesta de este fin de semana: del abrazo trinitario del Dios uno y trino. Si ser abrazado por una persona nos da seguridad y cobijo ¿Cómo creéis que nos sentiríamos si estuviésemos abrazados totalmente por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo? Ese es el “pan nuestro de cada día”.

Todos los días, las Tres Personas Divinas, nos acompañan con su abrazo Eterno. Sin embargo, un domingo al año, nos detenemos para agradecer y reconocer su compañía en nuestras vidas. Sé que todas nuestras palabras se quedarán pobres ante tanto derroche de Amor Divino pero es lo mínimo que podemos hacer.

Este fin de semana, cuando acudamos a la Eucaristía, sintamos ese abrazo trinitario que nos envuelve en la gran Acción de Gracias del cristiano que es la Misa. Que podamos tener ese encuentro íntimo cargado de amor…como cuando nos dan un abrazo de verdad. Que podamos sentir el calor de Dios inundando nuestra existencia.

Que, junto con el sacerdote, podamos decir también mientras ofrecemos nuestras vidas ante el altar: Por Cristo, con Él y en Él. A Ti, Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo. Todo honor y toda Gloria. Por los siglos de los siglos. Amén.

Vuestro párroco

No hay comentarios:

Publicar un comentario