Hasta luego…
Llegó el artículo número 48 de este año. Ese era el número
que marcaba el final de este curso en el semanario. En este número nos
despedimos hasta septiembre con la sensación de haber hecho lo mejor que hemos
podido…y parece que no ha salido mal.
Gente
nueva que recoge el testigo de los que crearon y llevaron adelante este
proyecto, colaboradores que están ya gozando del abrazo eterno del Padre,
ponernos al día con el tema del IVA, nuevos acuerdos que impulsan esta
publicación,…muchas cosas han ocurrido durante este curso.
Ahora
toca descansar y pensar en el curso que viene: ¿En qué podemos innovar? ¿Qué
podemos mantener y qué tenemos que cambiar?... Son sólo unas cuestiones que
intentaremos dar respuesta por el bien de todos los que, leyendo el Semanari,
hacéis que esto vaya adelante.
Por
mi parte, ya os lo decía estos últimos artículos, el parón es necesario.
Necesito oxigenar la cabeza para que vengan nuevas ideas para los artículos del
curso que viene…que esto de escribir todas las semanas no es tan fácil como
parece.
En
lo personal también necesito parar. El cansancio hace mella y lo noto no sólo
física sino también psicológicamente. Quizá, los que están más en contacto
conmigo lo habrán notado: estoy más serio, más callado, gestos que no había
hecho en mi vida,…por todo ello pido disculpas…mil disculpas y que no se me
tenga en cuenta.
Pero
bien, mi último artículo no lo quiero acabar así. Os voy a proponer un
ejercicio para este verano. No sé desde donde estaréis leyendo esto; si desde
casa, desde la playa o desde el ordenador…da lo mismo. Si estas en la playa,
levanta la vista y mira el horizonte “donde
el cielo se une con el mar” como cantaría Nino Bravo, si estas en casa o en
el ordenador, asómate a la ventana y mira el cielo. Cuando ya lo estés haciendo
intenta recordar a toda la gente que aprecias y, cuando ya los tengas a todos
añade a las cinco comunidades cristianas de Sueca y a sus cuatro párrocos: Don
Diego, Don Paco, Don Enrique y un servidor. En ese momento que estemos juntos
en tu memoria rezas un Padre nuestro…de esta forma, aunque cada uno de nosotros
estemos en lugares diferentes y no nos veamos tanto, al menos, por un momento,
estaremos juntos en el Señor.
¡FELIZ
VERANO!
Pd:
Repetir este ejercicio tantas veces como se desee….¡gracias por adelantado!
Vuestro párroco