lunes, 16 de julio de 2018


La era de Acuario
En 1979 se estrenaba un musical llamado “Hair”. En realidad, se estrenó la película ya que la obra de teatro se estrenaba unos cuantos años antes, en 1967. Polémico y transgresor para la época hablaba (o cantaba en este caso) con total libertad de las drogas, del sexo, del ejército,… haciendo una fuerte e irónica crítica de la sociedad de entonces.

La película, de clara estética Hippie, comienza con la conocida canción Aquarius donde, una mujer de color, canta cual sacerdotisa de la Nueva Era sobre un mundo futuro idealizado: la armonía, la libertad, la paz, la confianza, la liberación de la mente,… principios claros que postulaba este movimiento que surgió en Estados Unidos durante la Guerra del Vietnam. La canción decía lo siguiente:

Abundarán la armonía y la comprensión,
la simpatía y la confianza,
no habrá más engaños ni más burlas:
una vida dorada, sueños de visiones,
una revelación mística cristalina,
y la auténtica liberación de la mente.



Cuando la sociedad quiere explotar algo y darle mucho “bombo” sabe como hacerlo. Ese fue el caso del famoso barco “Aquarius” que atracó hace unas pocas semanas en aguas valencianas. No era el único barco que flotaba por las aguas, no han dejado de haber otros “aquarius”, y, estoy seguro, que hay una manta de “aquarius” forrando el fondo del mar…y no nos hemos enterado. Sin embargo, podríamos decir, que este tuvo suerte y saltó a la fama.

Personalmente, me pareció genial todo lo que hicimos para traerlos aquí. Creo que si yo tuviese que irme de mi país corriendo como les pasó a los pasajeros de este barco también me gustaría que me acogiesen en cualquier país con los brazos abiertos como hicimos nosotros.

Durante dos semanas no se hablaba de otra cosa. La llegada del barco se retransmitía casi como un partido de fútbol. El caos político que vivíamos parecía difuminarse un poco con esta noticia. A veces pienso que los que salieron beneficiados no fueron sólo los pasajeros del barco…ahí lo dejo.

Les abrimos una puerta para que pudieran escapar. Sin embargo, detrás de la puerta aunque debería haber un pasillo por donde poder caminar, desgraciadamente, cuando la abrieron se encontraron con un muro que no les dejaba pasar.

La voluntad fue grande pero sólo fue un parche. Ahora nos toca a nosotros, desde los pisos de acogida que tiene Caritas Diocesana, acoger de nuevo a los que han ido de aquí para allá, como si aún estuviesen en el barco a merced de las corrientes caprichosas.

¿Nos quejamos al gobierno? ¿Se lo echamos en cara? NO. Lo hacemos porque es nuestra labor, mejor dicho, nuestro signo como cristianos. No somos hippies pero si tenemos algo en común. Buscamos una sociedad nueva basada en el amor tal y como nos lo mostró Cristo. ¿Tenemos que hacer propaganda? NO…simplemente viviremos y actuaremos conforme creemos.

Vuestro párroco

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