domingo, 30 de septiembre de 2018


TÓXICO
A lo largo de nuestra vida podemos encontrarnos con situaciones tóxicas. No sólo con situaciones sino también con personas, comentarios o realidades que son tóxicas. El refrán ese del “dime con quién andas y te diré quién eres”, del cual no estoy del todo de acuerdo, nos puede ayudar a entender que es esto de la toxicidad.

Cada uno de nosotros fue educado de la mejor manera que supieron. Conforme vamos creciendo nos vamos configurando hasta llegar a ser las personas que somos hoy. Podríamos pensar que siempre somos igual pero, en realidad, no es así. Continuamente vamos evolucionando aunque no nos percatemos.

Podemos evolucionar para bien o para mal, eso depende de cada uno; y lo podemos hacer bien por nosotros mismos bien por influencias de personas, situaciones o, incluso, del lugar donde estamos. En este segundo caso es donde puede entrar la toxicidad.

Nos podemos encontrar con todo tipo de personas, situaciones o realidades que nos perturban, nos quitan la paz, nos absorben y nos consumen de tal manera que, a veces sin darnos cuenta, hacen que cambien nuestros hábitos, nuestra forma de ser y muchas más cosas de nuestra vida.

Saber reconocer qué hay de tóxico en nuestras vidas no es nada fácil como tampoco lo es alejarse de ello. Ligado a esto, a menudo, hay lugares, amistades o relaciones que, a primera vista, son imposibles de dejar. Es ahí cuando debe aparecer nuestra fuerza de voluntad para vencer todo aquello que puede llegar a alejarnos de nosotros mismos.

De algo así habla el Evangelio de este fin de semana pero...como siempre…si queréis saber más…el Señor os espera en el altar. ¿Te vienes?

Vuestro párroco

viernes, 21 de septiembre de 2018


Organizando el curso

Con la celebración en la que recordábamos a nuestros difuntos el lunes pasado concluíamos la Novena dedicada a nuestra Patrona la Virgen de Sales. Las fiestas en su honor ya han finalizado y toca volver a la normalidad y al trabajo diario.

Los sacerdotes hemos empezado a organizar la vida de las parroquias y, si no lo hemos hecho ya, pronto empezaremos a reunirnos con los diferentes grupos que conforman la vida parroquial: Caritas, catequesis, grupos de jóvenes, pastoral del cole, colaboradores litúrgicos, ministros extraordinarios, limpieza, sacristía, organización de cultos, grupos de oración, formaciones, charlas,… y un, gracias a Dios, largo etcétera de actividades.

Es ahora cuando nos podemos acercar a nuestra parroquia y ofrecer nuestras manos para lo que sea. Cualquiera de las cosas que he dicho antes puede crecer y organizarse mejor cuanta más gente haya…y la excusa de la falta de tiempo ya no la podemos utilizar. En muchas ocasiones hemos utilizado ese “Es que no tengo tiempo” como un eufemismo cuando lo que realmente queremos decir es “Mira, no me apetece comprometerme”.

Estas semanas finales de septiembre están dedicadas a este menester: la organización. Sin embargo, todo esto no se puede realizar sin una previa meditación y reflexión: ¿Qué necesita la parroquia? ¿Qué cosas han funcionado el curso pasado y cuáles no? ¿Podemos añadir otra actividad más? ¿Cuántas de esas actividades las dedicamos para rezar?… Poner estas preguntas en manos de Dios es sólo el inicio de una buena organización parroquial.

Ahora bien, no sólo el sacerdote se hace estas preguntas. Todos los que ya forman parte de los grupos parroquiales y toda la gente de la parroquia deberían hacerse preguntas similares. Aunque la pregunta del millón es la siguiente: Señor, ¿Qué quieres de mi? De verdad, es momento de hacer esa pregunta y que el fruto de la respuesta se note en nuestra implicación a la parroquia.

Por la parte que me toca sigo con las dos parroquias. Tal vez no sea del agrado de todos esta situación, pero no podemos seguir con la rabieta. Nos toca actuar. Este año estará todo mejor organizado y, espero, que no haya que ir improvisando como hice el año pasado. Todos los grupos de las parroquias de Sales y Fátima estarán bien atendidos y formados. Espero de su ayuda y comprensión.

A todos los demás sólo me queda daros ánimos para que os acerquéis a vuestros párrocos y, con mucha humildad, les ofrezcáis vuestras manos para ponerlas, no a su servicio, sino al de Dios y al de su Iglesia. ¡Qué el Señor nos ayude a todos!

Vuestro párroco

viernes, 14 de septiembre de 2018


Pequeños
Guiños de Dios
Con los últimos coletazos de la Novena a nuestra patrona, vamos culminando estas fiestas en honor a la Virgen de Sales. Este fin de semana, sin embargo, el protagonista es el arroz, fruto de nuestra tierra protegida por el manto de nuestra Madre.

Por esa protección (que hemos vivido muy intensamente estos días de “gota fría”), nosotros le ofrecemos este sábado los frutos de la siega de este año pidiéndole que toda la cosecha sea beneficiosa. Que ella interceda por nosotros para sea abundante.

Durante estos días el convento está repleto de personas que se acercan para honrar a nuestra madre. Para mi ha sido todo un descubrimiento y un gozo ver esa fe y ese amor que los suecanos y suecanas le profesan sin temor. Si bien es cierto que no son mis primeras fiestas, si que lo han sido como administrador de la parroquia y, os puedo decir, que he disfrutado (y aun estoy haciéndolo) como un niño.

Pero el mérito de estas estupendas fiestas no es, ni por un ápice, mío. De hecho, sólo me considero la cabeza visible de todas las personas que han colaborado para que el convento estuviera preparado para acoger a todo el pueblo de Sueca.

Permitidme que agradezca la labor escondida y silenciosa de las personas que han limpiado la parroquia y los ornamentos que hemos utilizado durante las fiestas. Detalles que son muy poco perceptibles cuando se hacen pero que notamos enseguida cuando hay dejadez.

Agradecer también la labor de las personas que se encargan de la sacristía y de ayudar en el altar. Tenerlo todo preparado para cuando llegara a la parroquia, saber que si no estás hay alguien que está al tanto de que todo vaya sobre ruedas y, para mí lo más importante, poder celebrar la Eucaristía sin estar pendiente del incienso, o del agua, o de cualquier cosa que se utilice. Gracias por ayudarme a estar centrado en lo que es esencial: la presencia de Cristo en la Misa y la protección de la Virgen de Sales.

De un modo especial, agradecer también la inmensa labor de la Real Asociación. Sin ellos, la preparación de estas fiestas sería muchísimo más complicado: todo lo relativo a la procesión (pedir los permisos, seguros y orden de salida de los diferentes grupos que en ella asistían), organización de lectores y recolectores, tener preparadas las lecturas, las peticiones y ofrendas,…y muchas más cosas que ellos realizan por un inmenso amor a nuestra patrona.

Gracias también a nuestro ayuntamiento. Si bien es cierto que, como decía Raquel Tamarit en las redes sociales, tomar decisiones no siempre es fácil, la amenaza de la lluvia hizo que se suspendieran algunas cosas los días 7 y 8 que, aunque a veces no entendamos el por qué, se hacen por seguridad de la ciudadanía. Aun así, se aventuraron en realizar un mini castillo de fuegos artificiales cuando nuestra Patrona entraba al convento. Sólo faltaba el olor a pólvora para que el día fuera redondo y lo tuvimos. Al final, todos hicimos fiesta… Ah! Y agradecer también su presencia en la procesión criticada por algunos alegando que vivimos en un estado aconfesional. No hay que olvidar que son los máximos representantes de toda Sueca, creyentes o no, y, por lo tanto, se hacen presentes en los momentos más importantes tanto para unos como para otros…aunque a algunos les pese…

Nuestra Madre quería visitar las calles de su pueblo. Pudimos salir en procesión justitos pues, nada más entrar la imagen de nuestra patrona por la puerta del convento, comenzó a llover un poco…¡Qué casualidad! Dijeron algunos. Para mi fue el manto de la Virgen que nos protegió y respetó hasta que volvió a su casa. Un pequeño guiño de Dios de la mano de María. Uno de tantos de los que continuamente el Señor nos da.

Vuestro párroco