viernes, 14 de septiembre de 2018


Pequeños
Guiños de Dios
Con los últimos coletazos de la Novena a nuestra patrona, vamos culminando estas fiestas en honor a la Virgen de Sales. Este fin de semana, sin embargo, el protagonista es el arroz, fruto de nuestra tierra protegida por el manto de nuestra Madre.

Por esa protección (que hemos vivido muy intensamente estos días de “gota fría”), nosotros le ofrecemos este sábado los frutos de la siega de este año pidiéndole que toda la cosecha sea beneficiosa. Que ella interceda por nosotros para sea abundante.

Durante estos días el convento está repleto de personas que se acercan para honrar a nuestra madre. Para mi ha sido todo un descubrimiento y un gozo ver esa fe y ese amor que los suecanos y suecanas le profesan sin temor. Si bien es cierto que no son mis primeras fiestas, si que lo han sido como administrador de la parroquia y, os puedo decir, que he disfrutado (y aun estoy haciéndolo) como un niño.

Pero el mérito de estas estupendas fiestas no es, ni por un ápice, mío. De hecho, sólo me considero la cabeza visible de todas las personas que han colaborado para que el convento estuviera preparado para acoger a todo el pueblo de Sueca.

Permitidme que agradezca la labor escondida y silenciosa de las personas que han limpiado la parroquia y los ornamentos que hemos utilizado durante las fiestas. Detalles que son muy poco perceptibles cuando se hacen pero que notamos enseguida cuando hay dejadez.

Agradecer también la labor de las personas que se encargan de la sacristía y de ayudar en el altar. Tenerlo todo preparado para cuando llegara a la parroquia, saber que si no estás hay alguien que está al tanto de que todo vaya sobre ruedas y, para mí lo más importante, poder celebrar la Eucaristía sin estar pendiente del incienso, o del agua, o de cualquier cosa que se utilice. Gracias por ayudarme a estar centrado en lo que es esencial: la presencia de Cristo en la Misa y la protección de la Virgen de Sales.

De un modo especial, agradecer también la inmensa labor de la Real Asociación. Sin ellos, la preparación de estas fiestas sería muchísimo más complicado: todo lo relativo a la procesión (pedir los permisos, seguros y orden de salida de los diferentes grupos que en ella asistían), organización de lectores y recolectores, tener preparadas las lecturas, las peticiones y ofrendas,…y muchas más cosas que ellos realizan por un inmenso amor a nuestra patrona.

Gracias también a nuestro ayuntamiento. Si bien es cierto que, como decía Raquel Tamarit en las redes sociales, tomar decisiones no siempre es fácil, la amenaza de la lluvia hizo que se suspendieran algunas cosas los días 7 y 8 que, aunque a veces no entendamos el por qué, se hacen por seguridad de la ciudadanía. Aun así, se aventuraron en realizar un mini castillo de fuegos artificiales cuando nuestra Patrona entraba al convento. Sólo faltaba el olor a pólvora para que el día fuera redondo y lo tuvimos. Al final, todos hicimos fiesta… Ah! Y agradecer también su presencia en la procesión criticada por algunos alegando que vivimos en un estado aconfesional. No hay que olvidar que son los máximos representantes de toda Sueca, creyentes o no, y, por lo tanto, se hacen presentes en los momentos más importantes tanto para unos como para otros…aunque a algunos les pese…

Nuestra Madre quería visitar las calles de su pueblo. Pudimos salir en procesión justitos pues, nada más entrar la imagen de nuestra patrona por la puerta del convento, comenzó a llover un poco…¡Qué casualidad! Dijeron algunos. Para mi fue el manto de la Virgen que nos protegió y respetó hasta que volvió a su casa. Un pequeño guiño de Dios de la mano de María. Uno de tantos de los que continuamente el Señor nos da.

Vuestro párroco

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