domingo, 28 de octubre de 2018


Lluvia
La semana pasada padecimos un episodio de fuertes lluvias que obligó a paralizar un poco la normalidad. Los chavales no tuvieron clases, no hubo mercado, algunas actividades se suspendieron, planes para el fin de semana que, a lo mejor, tuvimos que aplazar… es algo que molesta pero que no podemos remediar…la dejamos caer y Santas Pascuas.

El agua no fue lo único que cayó. El sábado por la mañana nuestro pueblo se despertó con la noticia de que a muchos vecinos les había tocado el cupón de la ONCE. Muchos millones de euros han sido repartidos alegrando a más de uno y, a los que no nos ha tocado, también nos alegra pues ese dinero también repercutirá sobre los comercios y trabajadores del pueblo. De una manera u otra a todos nos ha tocado el cupón.

A parte de alegrarme (y no de forma falsa) por aquellos que les tocó el premio, más me alegró leer que los agraciados iban a contribuir en ayudar a la persona que les había vendido el número premiado con una prótesis para el brazo que había perdido. Esa noticia me emocionó muchísimo y me hizo tener esperanza en el corazón de las personas: en medio de este mundo tan viciado sigue habiendo bondad…¡Enhorabuena por la iniciativa!

Al protagonista de esta semana en el Evangelio también le tocó el cupón…y el gordo, y la primitiva; le tocó lo mejor que le podía pasar: encontrarse con Jesús y recobrar la vista. ¡MENUDO CHOLLO!

No obstante, ese premio lo tenemos todos los días. Todos nosotros tenemos el número premiado de esa “lotería divina” que siempre toca. Sin embargo, a menudo se nos olvida comprobar si hemos tenido premio y dejamos al Señor con las ganas de repartirnos el gran regalo de su presencia y de su amor hacia nosotros. Puede parecer cursi o rebuscado. Pero es la verdad.

Además hay bote esta semana. Si no teníamos suficiente premio, el próximo jueves, celebramos la solemnidad de Todos los Santos. Toda la gracia del cielo intercederá por nosotros ante el Padre. Eso si que es un bote…¡como Dios manda!

No olvidemos, pues, comprobar en la Eucaristía del fin de semana y del jueves en el cementerio si hemos ganado el premio. Estoy seguro que nos sorprenderá el resultado.

Vuestro párroco

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