viernes, 4 de enero de 2019


De buenos olores
Durante estas semanas hay algo que me ronda la cabeza y no le encuentro explicación. Algo que, por mucho que observe, no entiendo su significado. Creo que es uno de los grandes misterios de la humanidad y que, por mucha reflexión que se haga sobre ello, nadie encontrará la respuesta: el significado de los anuncios de perfume.

En serio, no he visto cosa más insulsa, sin sentido y ajena a toda realidad como los anuncios que abarrotan la parrilla de la caja tonta a todas horas. Si este año alguien me regala colonia pensaré que me está diciendo que puedo bañarme en cueros en una piscina dorada, o tirarme de un acantilado al mar o hacer un agujero en medio del desierto mientras hablo francés. Porque eso sí, entender qué significan esos anuncios no sé si lo llegaré a hacer pero aprender una perfecta y exageradamente sensual pronunciación del idioma del país vecino…¡vaya que sí!

Me imagino la carta a Sus Majestades de Oriente pidiendo colonia. Queridos Reyes Magos: este año os pido un bidón de colonia para que al ponérmela mi rostro sea totalmente inexpresivo como el de los actores que lo anuncian y su olor sea tan fuerte que piense que estoy en una fiesta VIP continua que no me permita darme cuenta de lo que ocurre a mi alrededor. Con eso seré feliz.

No me imagino al Rey Mago que le entregaría la mirra a María en el pesebre diciendo: “Le nouveau parfum du Fils de Dieu. De Cacharel” (El nuevo perfume del Hijo de Dios. De Cacharel)

Supongo que notaréis cierto grado de ironía en todo esto. Desde luego que no estoy en contra de que se regale perfumes. En mi caso, llevo mucho tiempo sin comprar gracias a los regalos que he recibido y que estoy muy agradecido. Sin embargo, esto de las colonias me ha dado la idea para algo que todo el mundo podríamos pedir para reyes este año. Tiene que ver con el buen olor como la mirra o el incienso pero es algo más interior.

Hace poco tuve la suerte de realizar un bautizo. Y digo suerte porque he realizado bien poquitos este año entre las dos parroquias. En fin, en el momento de poner el Crisma sobre la cabeza de la criatura, me gusta explicar que el olor tan bueno que tiene este aceite consagrado, nos recuerda el buen olor de las obras de Jesús. Las obras del cristiano deberían rezumar este buen olor.

Bueno, pues este año, nuestra carta a Sus Majestades podría ser así: Queridos Reyes Magos: Este año no he sido tan bueno como me hubiera gustado. Tengo que mejorar mucho. Por eso os pido que me regaléis colonia que haga buena olor. No quiero algo que enmascare mi propio olor sino que pueda sacar de mi corazón el buen olor que acompañaban a las obras que hacía Jesús. Solo así y únicamente así…seré feliz.

Vuestro párroco

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