Barrio
De nuevo, la Virgen María va a
ser la protagonista indiscutible de este fin de semana. Primero por la
celebración de la Virgen del Pilar y segundo por la festividad de Nuestra
Señora de Fátima.
Ambas advocaciones tienen en
común que son “aparecidas”; la primera, según la tradición, al Apóstol
Santiago, la segunda a los tres pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía. María
de nuevo se nos aparece en nuestras vidas para que encontremos en ella consuelo
y guía en el camino hacia Cristo.
Para nuestra parroquia de
Fátima la fiesta de este sábado y domingo supone, a mi parecer, casi como un
grito hacia el pueblo diciendo: ¡HEY! ¡ESTAMOS AQUÍ! No sólo hacia la parroquia
sino también hacia el barrio, cada vez más vacío, envejeciendo año tras año y
sin ningún atractivo más que el colegio, los dos casales de la falla y un par
de tiendas que intentan sobrevivir. A los pies de María nos ponemos este fin de
semana pidiendo por nuestro barrio.
Sorpresa me dío que en la
calle de aquí al lado comenzaran a poner la acera nueva. Desde que lo vi, no
dejo de pedir en la Eucaristía que se acuerden también de la acera de nuestra
parroquia, inexistente desde que se levantó el nuevo templo (hace ya 18 años).
Como inexistentes han sido las
inversiones para revitalizar nuestro barrio haciéndolo más atractivo para las
generaciones futuras. Sin ánimo de ofender, me da la sensación que el único que
invierte en mejoras hacia los vecinos es nuestro colegio cuando, año tras año,
intenta mejorar para proporcionar una educación de calidad, en un ambiente de
calidad y siguiendo el modelo de Jesús a la hora de actuar y enseñar.
Tal vez no sea una carta
propia para preparar la fiesta de la Virgen de Fátima…puede que no…sin embargo,
las fiestas también pueden ser una ocasión perfecta para alzar la voz y
reivindicar nuestro lugar en el pueblo.
Mientras tanto, la parroquia
de Fátima seguirá siendo una parroquia de frontera. Que intenta evangelizar en
cada cosa que realiza sin vender sacramentos a costa de la comodidad o del
“buenismo” pastoral. Llevando esperanza a los usuarios de cáritas que vienen a
pedirnos ayuda (somos la parroquia que más tiene y sigue creciendo).
Invirtiendo tiempo y dinero en la educación de los niños y en darles una oportunidad
cuando en sus casas no la tienen.
Fátima seguirá estando “al
otro lado de la carretera” al día siguiente de la fiesta. Sólo esperamos hacer
tanto ruido el domingo que no podáis dejar de mirarnos y acompañarnos.
Vuestro párroco
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