viernes, 21 de septiembre de 2018


Organizando el curso

Con la celebración en la que recordábamos a nuestros difuntos el lunes pasado concluíamos la Novena dedicada a nuestra Patrona la Virgen de Sales. Las fiestas en su honor ya han finalizado y toca volver a la normalidad y al trabajo diario.

Los sacerdotes hemos empezado a organizar la vida de las parroquias y, si no lo hemos hecho ya, pronto empezaremos a reunirnos con los diferentes grupos que conforman la vida parroquial: Caritas, catequesis, grupos de jóvenes, pastoral del cole, colaboradores litúrgicos, ministros extraordinarios, limpieza, sacristía, organización de cultos, grupos de oración, formaciones, charlas,… y un, gracias a Dios, largo etcétera de actividades.

Es ahora cuando nos podemos acercar a nuestra parroquia y ofrecer nuestras manos para lo que sea. Cualquiera de las cosas que he dicho antes puede crecer y organizarse mejor cuanta más gente haya…y la excusa de la falta de tiempo ya no la podemos utilizar. En muchas ocasiones hemos utilizado ese “Es que no tengo tiempo” como un eufemismo cuando lo que realmente queremos decir es “Mira, no me apetece comprometerme”.

Estas semanas finales de septiembre están dedicadas a este menester: la organización. Sin embargo, todo esto no se puede realizar sin una previa meditación y reflexión: ¿Qué necesita la parroquia? ¿Qué cosas han funcionado el curso pasado y cuáles no? ¿Podemos añadir otra actividad más? ¿Cuántas de esas actividades las dedicamos para rezar?… Poner estas preguntas en manos de Dios es sólo el inicio de una buena organización parroquial.

Ahora bien, no sólo el sacerdote se hace estas preguntas. Todos los que ya forman parte de los grupos parroquiales y toda la gente de la parroquia deberían hacerse preguntas similares. Aunque la pregunta del millón es la siguiente: Señor, ¿Qué quieres de mi? De verdad, es momento de hacer esa pregunta y que el fruto de la respuesta se note en nuestra implicación a la parroquia.

Por la parte que me toca sigo con las dos parroquias. Tal vez no sea del agrado de todos esta situación, pero no podemos seguir con la rabieta. Nos toca actuar. Este año estará todo mejor organizado y, espero, que no haya que ir improvisando como hice el año pasado. Todos los grupos de las parroquias de Sales y Fátima estarán bien atendidos y formados. Espero de su ayuda y comprensión.

A todos los demás sólo me queda daros ánimos para que os acerquéis a vuestros párrocos y, con mucha humildad, les ofrezcáis vuestras manos para ponerlas, no a su servicio, sino al de Dios y al de su Iglesia. ¡Qué el Señor nos ayude a todos!

Vuestro párroco

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