ALÉGRATE, JERUSALÉN
Este cuarto domingo de
Cuaresma, la liturgia, nos invita a la alegría. Es el domingo “Laetare”,
llamado así por las palabras de la Antífona de entrada de este fin de semana: “Alégrate, Jerusalén, reuníos todos los que
la amáis, regocijaos los que estuvisteis tristes para que exultéis; mamaréis a
sus pechos y os saciaréis de sus consuelos” (Is 66, 10-11).
Un oasis en medio del desierto
cuaresmal que nos debe ayudar para seguir adelante hasta la celebración de la
Pascua cada vez más cercana. De eso se trata; aunque sea por un domingo,
descansamos un poco de la austeridad propia de este tiempo litúrgico, para
embarcarnos en una especie de pre-celebración pascual, que nos anime a continuar
con nuestros propósitos cuaresmales.
Es un buen momento para
pararnos un poco y reflexionar sobre cómo estamos llevando la Cuaresma, si
estamos cumpliendo aquello que nos habíamos propuesto o si, simplemente, es un tiempo más o, peor
aún, si pensamos que son cosas de los “curas”.
No nos desanimemos si no
estamos cumpliendo lo que habíamos pensado o si no habíamos pensado nada.
Todavía queda tiempo. Por ello sale al encuentro el Señor esta semana con el
Evangelio que nos habla sobre la forma que miramos lo que nos rodea y a
nosotros mismos.
Os animo a que lo leáis antes
de que se proclame en la Eucaristía y podáis hacer una pequeña reflexión
personal. Ya cuando lleguéis a la Eucaristía el sacerdote os dará otro punto de
vista u os hará caer en la cuenta de algo que no habíais percibido. Pero lo
importante es que provoquéis ese encuentro con Cristo a través de su Palabra.
Estoy seguro que, mantener ese
diálogo con Él, alimentará vuestro espíritu y os ayudará a entender mejor
aquello que luego celebramos en la Eucaristía.
Que se note nuestra alegría
este fin de semana en nuestras parroquias. Pero, sobre todo, que se note cuando
salgamos de ellas. Que la gente, al vernos, se pregunte ¿Quiénes son esos que
están tan contentos? Y nosotros les podamos responder: Somos aquellos que VEMOS
que el Señor nos ama hasta el punto de dar la vida por nosotros.
Feliz domingo de la alegría.
Vuestro párroco
No hay comentarios:
Publicar un comentario