viernes, 24 de marzo de 2017

ALÉGRATE, JERUSALÉN

Este cuarto domingo de Cuaresma, la liturgia, nos invita a la alegría. Es el domingo “Laetare”, llamado así por las palabras de la Antífona de entrada de este fin de semana: “Alégrate, Jerusalén, reuníos todos los que la amáis, regocijaos los que estuvisteis tristes para que exultéis; mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos” (Is 66, 10-11).

Un oasis en medio del desierto cuaresmal que nos debe ayudar para seguir adelante hasta la celebración de la Pascua cada vez más cercana. De eso se trata; aunque sea por un domingo, descansamos un poco de la austeridad propia de este tiempo litúrgico, para embarcarnos en una especie de pre-celebración pascual, que nos anime a continuar con nuestros propósitos cuaresmales.

Es un buen momento para pararnos un poco y reflexionar sobre cómo estamos llevando la Cuaresma, si estamos cumpliendo aquello que nos habíamos propuesto  o si, simplemente, es un tiempo más o, peor aún, si pensamos que son cosas de los “curas”.

No nos desanimemos si no estamos cumpliendo lo que habíamos pensado o si no habíamos pensado nada. Todavía queda tiempo. Por ello sale al encuentro el Señor esta semana con el Evangelio que nos habla sobre la forma que miramos lo que nos rodea y a nosotros mismos.

Os animo a que lo leáis antes de que se proclame en la Eucaristía y podáis hacer una pequeña reflexión personal. Ya cuando lleguéis a la Eucaristía el sacerdote os dará otro punto de vista u os hará caer en la cuenta de algo que no habíais percibido. Pero lo importante es que provoquéis ese encuentro con Cristo a través de su Palabra.
Estoy seguro que, mantener ese diálogo con Él, alimentará vuestro espíritu y os ayudará a entender mejor aquello que luego celebramos en la Eucaristía.

Que se note nuestra alegría este fin de semana en nuestras parroquias. Pero, sobre todo, que se note cuando salgamos de ellas. Que la gente, al vernos, se pregunte ¿Quiénes son esos que están tan contentos? Y nosotros les podamos responder: Somos aquellos que VEMOS que el Señor nos ama hasta el punto de dar la vida por nosotros.

Feliz domingo de la alegría.

Vuestro párroco

No hay comentarios:

Publicar un comentario