EL “OTRO” EVANGELIO
Estos días de comuniones en
los que las parroquias se llenan de personas que no suelen vivir la fe tan
asiduamente como lo hacemos los llamados “cristianos practicantes”, me pregunto
si lo que ven les gusta o les llama la atención. Si lo que mostramos es una
celebración bonita o el mensaje de amor de Cristo.
Ciertamente, las celebraciones
de las Primeras Comuniones se preparan con mucho esmero y cariño. Aquí, en la
parroquia de Fátima, intentamos que los niños sean los protagonistas que no es
lo mismo que decir que “hacen muchas cosas” cual monos de feria ante un público
entregado.
Nos ayudan a limpiar nuestros
corazones con las peticiones de perdón, leen las peticiones pidiendo por el
mundo, la Iglesia y la parroquia, realizan las ofrendas con lo necesario para
celebrar la Eucaristía, siguen la plegaria Eucarística con un librito que se lo
llevarán de recuerdo, ofrecen una flor a María y cantamos el “13 de maig”.
Pienso que es una celebración muy sencilla en la que Cristo es el protagonista
siendo mostrado por estos pequeñajos que lo van a recibir por primera vez.
¿Y para los que observan todo
estos desde los bancos de la iglesia? Un amigo sacerdote me dijo lo siguiente: Para muchas de estas personas que no van
nunca a la iglesia, ni leen los Evangelios; el único evangelio que leerán será
el de tu propia vida. Pienso que no puede ser más acertada esta afirmación.
Nuestro ejemplo de vida debe
ser lo que verdaderamente llame la atención. Tal y como ocurría en las primeras
comunidades cristianas que la gente los veía y se decía: mirad como se aman… Las celebraciones de las Primeras Comuniones
pueden llegar a ser pesadas pero pueden ser una buena oportunidad para todos
los cristianos comprometidos con nuestras parroquias.
Solemos huir de estas
celebraciones a no ser que estemos invitados; pero creo que deberíamos ir en
bloque, no para mandar callar sino para mostrar lo importante que es para
nosotros la Eucaristía. A veces será desde el silencio, otras veces será
llamando la atención sobre algún gesto concreto de la Misa a quienes no están
atentos, otras acogiendo a las personas que andan un tanto "perdidas"
y no suelen venir mucho por la parroquia o simplemente ayudando al sacerdote
desde la oración cuando las celebraciones se vuelvan un poco más pesadas de lo
normal.
El futuro de nuestras
comunidades depende de ese ejemplo que podamos dar dentro de nuestros templos
parroquiales o cuando estemos comprando el pan. Que puedan decir de nosotros lo
mismo que decían de las primeras comunidades cristianas: mirad como saben amar
estos cristianos.
Vuestro párroco
No hay comentarios:
Publicar un comentario