viernes, 28 de octubre de 2016

"NO SIGUES CARABASSA"

Cuando era pequeño solían decirme esa expresión tan valenciana: “Carabassa!”. Expresión que siempre me ha hecho gracia, tal vez sea porque el contexto ha sido siempre de broma o porque mi imaginación volaba y me imaginaba caminando por la calle con una calabaza por cabeza. Cosas de niño.

Esta expresión me viene a la cabeza estos días en los que en muchos lugares aparece esta fruta con una extraña sonrisa. Bueno, también me viene a la cabeza una de mis películas favoritas: E.T, en una de las escenas más divertidas del film,…pero eso es otra historia.

Volviendo al tema, no voy a entrar en la discusión que estos días se pone moda Halloween si Halloween no. No voy a entrar porque, directamente, no me interesa y tengo bien claro que es lo que me han enseñado en mi casa y las tradiciones con las que he crecido.

Lo que si me preocupa es que esas tradiciones tan bonitas (a mi parecer) se vayan a perder porque no las enseñamos a los más pequeños. Recuerdo ir todos los años junto con mis padres al cementerio días antes de Todos los Santos a limpiar las lápidas de mis abuelos, bisabuelos y demás familiares. Y lo recuerdo con cariño pues siempre aprovechaban mis padres para contarme anécdotas de las personas que teníamos delante. Quizá fuera por eso, el rato que pasaba allí (para una mente inocente de un niño), era agradable porque, de una forma u otra, devolvíamos a la vida a mis familiares.

Ahora, ya "crecidito", recuerdo esto y le intento dar un significado; y sólo me viene una idea al respecto: es un acto de pura gratitud. Limpiando sus fotografías, sus nombres, los cristales y poniendo flores, mis padres limpian la memoria de aquellos que nos han precedido en la Vida Eterna y le dan de nuevo vida con el color de las flores.

Sólo así entiendo que, lo que estamos celebrando estos días, es la Vida y no la muerte. Va mucho más allá de unos simples recuerdos. Es un memorial. Como en la Eucaristía; no es un recuerdo de Cristo sino que lo hacemos realmente presente, está con nosotros, está verdaderamente delante de nosotros.

Sólo así puedo entender la Eucaristía que celebramos en el cementerio. Aunque la tristeza es palpable, la presencia real de Jesús tiene que alentar nuestra esperanza y nuestra fe de que nuestros familiares también lo están. No de forma mágica o de falsa mística, sino de una forma mucho más fuerte: espiritual.

Así que “no siguem carabasses” que lo que celebramos estos días es el triunfo de la Vida sobre la muerte, la acción de gracias por todas esas vidas que cerraron los ojos a este mundo para abrirlos a la felicidad eterna. La verdadera unión, por un instante, entre la Iglesia terrena y la del cielo. ¡Feliz festividad de Todos los Santos hermanos!


Vuestro Párroco

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