viernes, 13 de enero de 2017

CINCO LOBITOS TIENE LA LOBA…

¿Quién de nosotros no ha cantado alguna vez esta canción a un niño moviendo la mano? Al menos yo sí que lo he hecho en varias ocasiones. Con esta canción jugamos con los dedos de la mano y hacemos ver a los párvulos que ellos también tienen sus “lobitos” y que los pueden usar. Y el primero que empiezan a usar enseguida es el índice.

La estampa típica de un pequeñajo es con la mano levantada y el dedo índice señalando mientras pronuncia “iaa” (mira) o “io” (mío). Conforme vamos haciéndonos mayores dejamos de sorprendernos tanto por las cosas aunque la expresión “mira” mientras señalamos con el dedo (de forma real o imaginada) la seguimos utilizando. Sin embargo, no lo hacemos indicando algo que nos sorprende. Desgraciadamente lo hacemos para criticar, señalar una actuación o una persona que no nos gusta, menospreciar, etc…

Menos mal que Juan el Bautista sale a nuestro encuentro y nos enseña de nuevo a utilizar bien esta forma de expresarnos. Juan señala a Cristo como el Cordero de Dios, el que tiene que salvar al mundo, el que tenía que venir. Nos llama la atención sobre la persona que debemos seguir y tenemos que fijar nuestra mirada.

Por si acaso no nos había quedado claro después de los Evangelios de estas últimas semanas, se nos vuelve a señalar a Cristo como el centro de nuestra fe. Es a Él a quien tenemos que señalar para llamar la atención de los que nos rodean y que se fijen en el que puede darnos la verdadera alegría que los cristianos hemos descubierto.

Dejemos, pues, de señalar para hundir y empecemos a ser faros que señalen la Luz verdadera que es Jesús. Que nuestras palabras no sean de condena sino de bendición. Que podamos ser cauce para que las personas puedan descubrir al que ha venido para darnos la Vida.

Alejandro Navarro Mulet
Párroco de Nuestra Señora de Fátima.

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