¿Qué te puedo dar?
Me he percatado de algunas
malas costumbres que se están asomando por las parroquias desde hace un tiempo
a esta parte. No hay semana (por no decir día) en que, durante la celebración
de la Misa, suene algún móvil. Esa batalla casi la doy por perdida, la verdad,
porque, por muchas veces que se diga que hay que apagarlo o ponerlo en
silencio, siempre hay alguno que suena.
Un despiste, sí, todos podemos
tenerlos y no se nos puede juzgar por ello. Sin embargo, hemos ido más allá. Os
pongo un ejemplo: imaginaos que estuviera celebrando la Eucaristía, en las
lecturas, en la homilía, en la consagración o en el momento de la comunión y,
de repente, me sonara el móvil. Un despiste podríamos pensar. Pero ¿Qué diríais
si contestara en ese momento? ¿Qué pensaríais si me retirara a la sacristía
para contestar o, peor aún, que lo hiciera en el mismo altar? El aluvión de
críticas lo tendría asegurado, ¿verdad?
No se me ocurriría nunca
hacerlo, no ya por respeto a la gente que tengo delante, sino por lo que
considero más importante: la celebración que estamos viviendo. Pues eso es lo
que está ocurriendo últimamente durante las celebraciones. Personas que no se
cortan a la hora de salir de la celebración o de contestar en el interior de la
misma parroquia sea cual sea el momento.
Enseguida pienso lo mucho que
les cuesta a algunas personas estar desconectadas del mundo durante unos
minutos. También pienso en lo poco que se valoran esos minutos que regalamos a
Dios…todo esto, por una simple llamada de teléfono que puede esperar.
Si esto hacen cuando hay gente
delante, ¿qué harán cuando estén solos y se pongan a rezar?...si es que lo
hacen.
La pregunta de esta semana es,
pues, el título de este artículo: ¿Qué te puedo dar, Señor? ¿Lo que me sobra o
todo lo que tengo? O, a raíz de lo que comentaba, cuando decido estar un rato
contigo en oración o durante la Misa, ¿pongo todas mis fuerzas en ese encuentro
contigo o sólo lo hago por puro trámite?
El Señor lo tiene claro: nos
lo da TODO. Y tú, ¿Qué estás dispuesto a dar?
Vuestro párroco
No hay comentarios:
Publicar un comentario